A pesar que nuestra piel toma más importancia en verano que en invierno, no debemos olvidar cuidarla metódicamente en esta fría época. A continuación, te invitamos a revisar algunos consejos para conseguir un buen cutis y evitar el envejecimiento precoz.
La piel es el órgano más grande que posee el cuerpo. Actúa como ente regulador de temperatura con el entorno, colabora en la hidratación de los órganos internos y ayuda a sintetizar la vitamina D para un correcto funcionamiento del metabolismo. Por esto es primordial mantenerla sana.
Buena salud cutánea
Con la llegada del invierno, la piel se reseca, irrita, pierde luminosidad y agrieta fácilmente, debido a las bajas temperaturas, lluvias y exceso de contaminación. Todos ellos agentes nocivos para la buena salud cutánea. Para contrarrestar estos daños, toma abundante agua y fortalece tu sistema inmunológico con vitamina C, presente en mandarinas, naranjas y pomelos, además usa pantalla solar factor 15 o 30, porque aun cuando el día este nublado, los rayos UV igual debilitan la piel.
La alimentación en invierno también juega un rol perjudicial en la piel, dada la ingesta calórica elevada que se realiza para contrarrestar el frío. Como medida preventiva, consume ácidos grasos esenciales (salmón o arenque), aceites vegetales crudos (oliva) y frutos secos (almendras, nueces y avellanas). De esta manera evitas la pérdida de elasticidad, componente clave para prevenir arrugas y manchas.
Consejos para una piel sana en invierno
Desde hace mucho tiempo, la piel ha sido objeto de salud y bienestar, tendencia que se mantiene hasta hoy. No obstante las descamaciones, sequedades y enrojecimiento de la dermis a causa del frío, pueden producir un rápido envejecimiento. Para subsanar este mal, sigue estas medidas:
- Humecta a diario tu rostro, manos, rodillas y codos.
- Aplica mascarillas hidratantes y nutritivas dos veces por semana.
- Exfolia tu piel cada siete días para eliminar impurezas.
- Protégete con filtro solar, 15 o 20 para pieles normales, o más para piel sensible.
- Limpia diariamente tu rostro (noche y mañana) para mejorar la absorción de las cremas y favorecer la oxigenación.
- Báñate con agua tibia y no dures tanto tiempo bajo el agua.
- Usa maquillaje en crema, pues actuará como segunda piel, y no olvides desmaquillarte antes de dormir.
- Practica deporte, el aumento de riego sanguíneo favorece la oxigenación dérmica.
Sigue estos prácticos consejos y tu piel estará protegida en invierno. Como dato final, evita el tabaco y estrés, puesto que no sólo el clima gatilla en la aparición de arrugas, líneas de expresión y manchas, sino también tus hábitos.