
El médico internista de Vidaintegra Ñuñoa, Dr. Humberto Otárola, define la hipertensión como “una situación de alza de presión fuera de los parámetros normales. Se trata de un problema epidemiológico universal, que ha ido en incremento producto de que las expectativas de vida han aumentado, comemos más, incorporamos mayor cantidad de grasas saturadas y sal a nuestra dieta, y existe un menor gasto energético”.
Factores de riesgo
El Dr. Otárola menciona otras enfermedades que están emparentadas con la hipertensión, como diabetes, obesidad y dislipidemia. “Por ejemplo, el paciente con sobrepeso generalmente es resistente a la insulina, condición que contribuye a generar hipertensión”.
El facultativo afirma que corregir factores de riesgo dependerá de un riguroso control médico, la adherencia al eventual tratamiento y, sobre todo, modificar hábitos de vida, lo que incluye evitar el tabaquismo, la ingesta de sal en exceso y el sedentarismo.
Síntomas asociados
En la mayoría de los pacientes, se da el caso que la hipertensión arterial es asintomática. Cuando surgen síntomas, la situación se agrava y la persona puede hacer su primera crisis con:
- Compromiso de conciencia.
- Infarto cerebral.
- Dificultad para respirar (falta de aire).
- Cefalea occipital.
- Cansancio generalizado.
- Angina o infarto al miocardio.
Diagnóstico
La hipertensión se detecta con la toma de presión, donde el valor arrojado debe ser igual o superior a 140/90 (sistólica/diastólica). En aquellos casos en que se presume que un determinado paciente es hipertenso, pero no existe convencimiento total de ese diagnóstico, se solicita un seguimiento dinámico durante 24 horas, también llamado mapa (monitorización ambulatoria de la presión arterial), que facilita la medicación en determinados momentos del día.
Prevención y tratamiento
El objetivo es evitar la enfermedad o controlarla lo mejor posible cuando existe un diagnóstico. Lo fundamental es:
- Reducir considerablemente la ingesta de sal.
- Mantener un peso ideal.
- Realizar actividad física, al menos, media hora al día.
- Disminuir el consumo de grasas de origen animal y privilegiar lo vegetal con fibras.
- Evitar el consumo de tabaco y alcohol, y la exposición al humo.
Según el especialista, llevar una vida ordenada también reduce el riesgo de sufrir diabetes, infartos, insuficiencias cardiacas, enfermedad vascular periférica y renal, y algunos tipos de cánceres.
Fármacos
Existe una amplia variedad de terapias farmacológicas, divididas en 5 grupos reconocidos universalmente por su eficiencia:
- Diuréticos.
- Betabloqueadores (trabajan principalmente en el corazón y en los vasos sanguíneos, donde actúan para reducir la presión arterial y la cantidad de trabajo que realiza el corazón).
- Antagonistas del calcio.
- Antagonistas de la enzima de conversión de la angiotensina (hormona peptídica que causa vasoconstricción y un posterior aumento de la presión arterial).
- Antagonistas de los receptores de la angiotensina.
El pronóstico de la hipertensión es muy bueno cuando se trata oportunamente. “Se puede hacer una vida normal. Sin embargo, cuando el paciente tiene secuelas de la enfermedad, la predicción cambia, pero no debemos perder la esperanza porque todas las personas tienen posibilidad de tratamiento”, concluye el Dr. Otárola.